22 dic. 2006

Fechas de vencimiento


Voy porque toca mi número: H93.
–No- responde con ademanes insípidos la secretaria. Va por el G93.
Me recuesto sobre un cubículo que parece derretirse ante mi omóplato. Tengo que quedarme paradito como el David. Prendo el Mp3 para escuchar las nuevas y originales adquisiciones: El palacio de las Flores y X and Y.

A la jovata le queda poco para cambiar de senda. El pelo platinado no se mueve, pero los pies parecen marcar el bombo de Coldplay. Con los nervios, o los dientes, muerde los labios. Los ojos celestes como el cielo piden clemencia a un Dios que no la escucha. Se acerca la hora, y se acerca el que cercará, o no, su futuro. Es The last Chans.

Leo el rótulo: “La conducción de un vehículo resulta un medio para mantener la libertad y la independencia individual, para sentirse útil y conservar la autoestima. Hay muchas funciones que van disminuyendo a medida que pasa la ed...".

Mario Flores – Grita el Verdugo.
(Milagro, suena el comienzo de la canción El palacio de las Flores). ¿Acaso una señal divina?

"ed... ad. El envejecimiento puede afectar las capacidades esenciales para una coneducción (la “e” estaba de sopetón) segura”.

Antes de pasar, Mario “cabeza de rodilla” Flores se apoya como una mantis sobre el bastón en T. Mi mirada le resbala. Tiene sus ojos sumergidos en el retrovisor de la vida. Juraría que al entrar al patíbulo deja un surco.

La legislación no determina la edad para denegar la libreta. Esto queda a criterio de los verdugos de la Unidad de Salud de Tránsito.

Me la renovaron hasta el 7/10/2014. Para ese entonces ya tendré barba.

14 dic. 2006

En silencio

El instinto me dijo que no estaba bien. Efectivamente, estaba mal. Muy mal. La llevé al hospital. La sedaron. Y yo, ahí, mirando y apretando su mano. En el box limítrofe una hija y una madre cambiaban roles. Recordé a Roth limpiando la mierda de su padre en Patrimonio.

Limpié un cuarto vómito. Le silbé un popurrí musical para dormir. Yo la acariciaba con el índice; ella me acariciaba con la mirada. Pedí silencio a un sordo que no medía el volumen, ni las palabras. Me sentí impotente, pero ella sonreía. Me miraba y sonreía. Las pestañas, largas como plumas, no le permitían volar. A lo lejos un pitido marcaba otros ritmos cardíacos. Y yo, ahí, en silencio mirando un tuboluz tartamudo. Mierda.

No sé por qué, o sí, lo sé muy bien, acaba de caer Blackbird de Los Beatles en mi mente.

Ya vas a volar.

7 dic. 2006

El post del mes: Noviembre


Al igual que Ronald y su empleado del mes, Anonetoy presenta su nueva sección: el post del mes.

A digerirlo, sin pepinillos.

El toro Español de
Sick boy.

4 dic. 2006

Montañas

Sucedía durante los cumpleaños. El Queloscumplas apiñaba a una horda de enanos efervescentes en torno a lo que parecía un rascacielos, pero era una torta.

Nadie miraba a los hermanos Majó Bellagamba.

Como gárgolas alzando la mirada, extendían los brazos, cerraban los puños y, tensando el dedo índice, señalaban con asombro al O.R.N.I (igual que OVNI, pero con Repostero). Otros, para variar, abrían la boca y dejaban pender sobre el mentón un hilo de saliva. Se hilvanaba, entonces, una sinfonía de miradas embobadas. Ante tal espectáculo nosotros (sus hijos) quedábamos colorados como remolachas. Con la teoría de hacer “tortas grandes para que nadie se quede con hambre”, mamá forjaba edificaciones de hasta 4 pisos de altura. Nunca hacía dos tortas iguales. En la foto, cuando Anonetoy observaba la escena desde el útero, Martín cumplía nueve y Sole cinco.

Por dentro –del útero- pensaba que las velitas eran los ápices de los cimientos. De otro modo, ¿cómo podrían mantenerse en pie tales construcciones? Aquel día mamá quiso hacer un pino. No pudo. Dejó a un lado el colorante verde y creó una montaña. Escaseaba el oxígeno. Las velas, oteando desde el pico, se reían de niños que no podían apagarlas. Es por eso que Martín, luego de un intento frustrado, tose en la foto.

Les encantó a todos, menos a nosotros: siempre nos daban vergüenza.
Sin embargo, ya no me ruborizo.

Me enorgullezco.


Basta un clic para que los niños crezcan. Obsérvese la cara del chico de la izquierda, Nacho Fraschini... Todo un poema.

24 nov. 2006

Me voy

No puedo dejar de lado esas miradas intensas, taladrantes. Y esos ojos que lloraban. Clota, con mirada profunda de piscina durante la lluvia, contenía en cristales empañados lo que mi inteligencia emotiva no quería ver. Pero paulatinamente un raudal de sentimientos hacía agua. Romina, escondiendo la cabeza entre las piernas, empeoraba las cosas. Mi cuerpo quería llorar. Mi mente, contenerse. Automáticamente la garganta se me secó al escuchar a Pancho, o sus palabras, tiritando. Mientras fotografiaba cada rostro, una parte de mí se empezaba a marchitar.

Para algunos, con cada partida morimos un poco más. Pero quien conoce a los tomates Cherry entenderá que no es –tan- así. Es necesario podar ramas, para que broten nuevas. Terminó un ciclo de dos años. Terminaron los sábados a las 7 de la mañana. Y ahora, no quiero despedirme. Ellos saltan a liceo y no voy a ver los resultados de la cosecha.

Susurré el Padre Nuestro para dejarme invadir por sus voces. No olvido. Aquel día no sabía si el pecho se me encogía de dolor o si, por el contrario, se me henchía de felicidad. Ahora no estoy susurrando; estoy silbando a Julieta Venegas… Me voy, que lástima pero adiós, me despido de ti y me voy.

















En la foto, todo Toporje. El cuadro está completo.

7 nov. 2006

SilBana

Miguel Ángel, moreno de rostro cándido y curtido, habla de su otra chica y, al igual que una paloma, saca pecho. Despojándose de su esposa como quien se saca el gorro al entrar a un lugar desconocido, se olvida de ella para hablarme de Ella. Para colmo su mujer lo sabe pero no se queja. Mientras tanto, ladeándose sobre el tronco erguido de la dama, insiste en que no es celoso y acaricia las cejas de la chica escuálida.

Aunque no puede competir con ómnibus físicoculturistas que intentan arrebatarla de sus brazos; dos candados le bastan a Miguel para protegerla de los babosos que andan por ahí. Con el ceño fruncido se abalanza presuroso, dejando de lado su veta romántica –Por lo menos así tengo más tiempo para agarrarlos-. ¿Con las manos en qué?, pensé, mientras lidiaba con una alergia primaveral. Prácticamente es un intangible (y con esto exagero). Además no usa bronceador y la piel se ha convertido en un verde claro desteñido por los tormentos y tormentas de la vida.

–Si fuera por mí, la tendría toda prolijita- agrega reconociendo que su situación económica le impide consentirla. Desviando mi atención de la conversación trato de captar Su nombre, pero algo me dice que no es ninguna Trek o Graziella de sangre azul. De reojo, por miedo a quedar evidente, contemplo Su hermosura.

El sillín reveló la duda: SilBana -nada de Silvanas-. Me apena recordar las palabras de Miguel que taladraban mi cabeza mientras su rostro se alejaba:

“Si me la roban, me cortan las piernas”.

26 oct. 2006

Reloj solar


Ayer dormí en la azotea. El calor me rompía la crisma. Un poco de agua en la nuca evaporó la molestia. Éramos, en orden ascendente, el colchón de hormigón, la almohada mullida, Anonetoy (al igual que Maradona, tercera persona) y la frazada. La simple idea de dormir en posición fetal era en vano; me rompía la cadera. Boca abajo el teclado se desafinaba. Ergo, boca arriba y... Zas, fin del problema.

La paz era general. El Iodo marino sedaba la visión, no había rastro de mosquitos devoradores de dedos gordos, y el recolector de basura dio la última campanada. La calidad del hotel empeoraba con el paso del tiempo. Las nubes, comiendo estrellas, pronosticaban tormenta. Una bandada de pájaros, que a esa altura parecían mariposas, volaba como una flecha lanzada por la tormenta. Se perdió la esperanza de levantarme con el reloj solar. Eso no fue molestia. A las siete de la mañana tuve que despertarme. Se ahogó toda expectativa.

23 oct. 2006

¡¿Por qué?!






















Yendo de la cama al baño surgen interrogantes que, por más que lo intente, no encuentran respuestas.
Reflexiones de un abrir y cerrar de bragueta:

¿Por qué Tarzán, viviendo en la selva, está siempe afeitado?
¿Qué había adentro del cono de Nubeluz?
¿Por qué el Planetario está en el zoológico?
¿Por qué el pato Donald anda siempre con la pelvis al aire y después de bañarse se pone una bata?

¡¿Por qué?!
¡Arrgh!
Estoy despabilado.

La foto me la dio Paula, pero Paula no es la fotografiada.

18 oct. 2006

Pirotecnia casera


Con la primavera los árboles cambian de look. Mientras algunos se tiñen el pelo, otros adornan sus cuellos. Es entendible, es la estación glamorosa. Se atiborran de claveles del aire y los relucen con desdén ante los transeúntes que desfilan constantemente. La foto muestra un ejemplar de Bulevar Artigas y Solano García. El clavel del aire no es un parásito, sino por el contrario una planta epífita. Su belleza es indescriptible. Por eso me limito a mostrar la foto. Basta un clic para realzar la belleza. No echan raíces ni tampoco se nutren de los árboles. Simplemente se fijan en ellos y, a través de sus hojas, absorben del aire tanto agua como nutrientes. No pagan alquiler. Tampoco molestan al casero.

Si las personas fueran claveles todo cambiaría. No habría injusticias. La explotación no estaría en el diccionario. Pero, bien sé que no se puede vivir del aire. Tampoco es recomendable vagar por el mundo sin echar raíces. Las raíces me enseñaron a estimar a estos seres. Desde pequeño, lo más divertido de armar una fogata era colmarla de claveles. Era pirotecnia casera. Con un poco de fuego el estruendo desprendido me dejaba boquiabierto. Ahora comprendo que la única diferencia entre la juventud y la adultez se encuentra en la preferencia por ruidos o colores.

Hace unos días fui a parar con uno que dormía en el piso. Lo guardé en la mochila. Ahora yace en el ropero. Lentamente muda de un verde marino a un gris decrépito. Estoy ansioso. Lo guardo para Navidad.

15 oct. 2006

A su salud



Alcemos las copas. Habemus blog. Felicitaciones Mauri por el nacimiento de tu blog. Por eso amigo, confidente, escritor prodigio, eunuco; brindo a tu salud. Y cuidar su salud es tan importante como una buena lectura, por eso
1) Cuídese, respete la receta médica.
2) NO lea sickblogmab.blogspot.com.

Es un consejo de Anonetoy©.

Y si de animales hablamos, hay más chivos: giro360, alnonino, satiroblanco, pobreloco, futbolflama, eresfea, mipaisinventado... A todos ustedes, gracias totales.

Debo aclarar que esta publicity no está mediada por dinero. Con su prima me basta. Para los malpensados –eimb- me refiero a la acepción de prima como premio o recompensa.

4 oct. 2006

Tierra santa




















Hace seis años que no piso el estadio centenario. Hace seis años me descalcé por última vez antes de pisar tierra santa. Aquella vez no vi la zarza arder en llamas. Más bien, me incendié en cólera. Fue la última vez que pisé tierra santa.

Soy ateo futbolísticamente hablando. La pira bautismal fue Nacional, pero para cuando adquirí conciencia me auto excomulgué. Arranqué la remera de los 100 años del club Nacional de “Football” (nostalgia inmigratoria) de mi placard; y de mi corazón.

- No hincho por ninguno- digo entre dientes, y cabizbajo, ante la pregunta letal. Lo paradójico es que soy practicante, no vehemente, pero practicante al fin. El martes previo al partido Nacional-Boca quise redimirme y confesarme en la ventanilla de entradas. Fue en vano. Aproximadamente 40 revendedores tenían las inquisiciones. Revoloteaban como moscas sobre el coloso de cemento. Lo que valía 110$ lo vendían a 300$. Que hipócritas, pensé. Me santigué y, despidiéndome con la frente marchita, elevé la mirada hacia la Torre de los homenajes. Amén.

30 set. 2006

Muy interesante


Hay tres palabras que abren muchas puertas. Tire y empuje son dos de ellas. He descubierto empíricamente que la otra es el abracadabrabretesésamo de las que prefieren siempre pan de salvado; de las que tanto me dan y tanto me han quitado. Las mujeres.


Comprobé algo que es digno de ser publicado en la revista Muy interesante. Saludar a una chica con una cortesía es sumamente favorable para el comienzo del día femenino. Aumenta su autoestima y disminuye el estrés y tabaquismo en un 12 %. Como su día forma parte de nuestro día, indirectamente los hombres nos vemos beneficiados de este descubrimiento.

Pasos a seguir: esbozar una sonrisa semicircular prominente; levantar las mejillas; entrecerrar los ojos como quien saluda a una lamparita de 200 watts; y el ingrediente secreto:

-¿Cómo te va, PRECIOSA?

En casos de alerte roja recurrir al

-¿Cómo te va, MI ANGEL?

Algo que cae de maduro, no lo intente con su novia enfrente. Tampoco es recomendable abusar indiscriminadamente del término preciosa porque puede volverse obsoleto. Siempre asegúrese de que ellas se sientan únicas e irrepetibles (aunque no valgan un mango).

27 set. 2006

Zzzzz



Mi cama es un altar. Cada noche me encargo de hacer una suculenta ofrenda. Pero hoy no puedo conciliar el sueño. No puedo y.

"Pensá en blanco"-decía papá. Para él, que se duerme antes de apoyar la cabeza en la almohada y duerme siestas de cinco minutos (quedando completamente satisfecho), es fácil. Le hago caso y trato de pintar mi mente de blanco... Todo una obra modernista, pero preferiría algo cubista. Ya me fui por las ramas.

Inspiro, exhalo (bis).
Inspiro, exhalo (bis).
Trato de escuchar los latidos del corazón; de relajar todos los músculos. Eso. Ahora sí. Cada vez respiro con menos frecuencia. Falta poco. Vamos...

- AaaaachuUU.

Perdí todo lo que había logrado. ¿Que me queda? Contar ovejas. Arranco: una, dos... 59, oveja haciendo salto en garrocha, 60, 61, ¿Soy yo, o vi una oveja olímpica? Estoy trastornado. -Callate- le imploro a mi imaginación. Ze mofa porque zabe que no puedo hacer nada. Zoy zusceptible y capaZzzzz...

22 set. 2006

Bueno, si la hace feliz


(Sé que algún día seré la víctima y espero no convertirme en victimario)

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Pero, ¿este tipo quiere zambullirse en la sopa, o qué? ¿Piensa que le van a sacar el plato en cualquier momento? ¿No habrá estado preso? Es particularmente cariñoso con la entrada… la abraza más que a Caro. ¿Qué vio en este animal? Bueno, si la hace feliz. Esas cosas del instinto femenino… o del animal, como proteger la comida de otros depredadores. Como los leones en el safari a África. Esos sí que tenían modales.

-Disculpe, ¿me alcanza el pan?

No, ¿Va a mojar el pan en la sopa! No, no puede ser tan… Ah, no, no al menos eso no lo hizo. Eso hubiera sido para amarilla. ¿Al final cómo salió el Manchester? ¿A qué hora era? ¿No me lo estoy perdiendo con este carburador humano? Pobre Johann Sebastian, nadie lo oye con el ruido a Formula Uno que hace con la sopa… Me recuerda los ronquidos de la gorda… ¿cómo se llamaba? Bueno, no importa, Gabi no se enteró de esa…. Y dale con la sonrisita… ¿se cree que está en un comercial de Kolynos? No, quiere ganar puntos con el suegro… ¿Me habló a mí?

- Es verdad. Está muy sabrosa.

Espero que haya quedado contento con eso… si no Caro me va a acusar de espantarle otro novio… Al menos los otros se ponían la servilleta en la falda cuando comían. Igual, esos pantalones se ve que ya son amigos íntimos de la lavarropa… Bueno, espero que no se tire la ensalada arriba… No… No… ¡Mezcló las ensaladas! ¡La Niçoise hay que respetarla! Claramente, un reflejo de su personalidad caótica e inestable. ¿Estará medicado? ¿Cómo andará el Doctor Roca, el amigo del viejo? De los escritos que zafé con sus justificantes…Ah, ya llega la ternera… esto se acaba… ¿Qué hora es? Pucha, me perdí todo el primer tiempo… ¡Que no se haya lesionado! Este se va a lesionar con el tenedor, si sigue así… Pobre, trata de usar el tenedor de ensalada para la carne…

- Disculpá, ese tenedor es para ensalada. No, no hay problema.

Ja ja ja, te salvé la vida. Suerte que no están los muchachos del Club de Golf para ver este desastre… ¿Pero qué le vio? Ella sabrá… Bueno, si la hace feliz… Al menos Gabi habla con él y lo entretiene… la que se me viene hoy de noche… que no ayudo a que se sientan cómodos, que hablo poco, que parezco huraño, que los miro mal… que persigo polleras… que nunca colaboro en la casa… que nunca un mimo… pero si yo soy ¿ya va la mitad del segundo tiempo? Y este parece un ñandú comiendo… ¡Qué rico el ñandú! Pero nada como el avestruz del safari… aunque este abre más las alas que esos pajarracos de Kenya… ¿Cómo se llamaban? ¡Clarita! Así se llamaba… como le tomé el pelo, pobre gorda… Clarita la gordita, ja ja ja… ¿La habré traumado? ¿Estará medicada? Capaz que está con el doctor Roca. Total, Uruguay es tan chiquito… No como Kenya. Bueno, ya llega el postre… esto se acaba. ¡Cereza voladora! Ja ja ja.

–No, no hay problema, te traemos otra. Sí, son complicadas de comer.

No para los seres humanos normales… ¡Se pintó la cara de chantilly! Parece uno de esos nativos del safari… me quiero ir de nuevo este verano… Pero ellos tenían modales, no mojaban el pan con la carne… bueno, no tenían pan. Pero si hubieran tenido, no lo hubieran mojado. ¿Empezó a llover? Se va a mojar, el pobre… ¡que se oxide! Vienen las despedidas… ¡Por fin!

– Un gusto, igualmente… Que se repita, ¿eh?

En otra vida, preferentemente. ¡No! ¡Terminó el partido!

- ¿Y qué te pareció, papi?
- Bueno, si te hace feliz.