30 ene. 2007

Ruega por ellos


Me pregunto quién será el fogonero que encienda y apague ese farol de 8.650.000 trillones de watts (vamos, hasta suena científico el dato). Quizá simplemente sea un trabajo rutinario que consista en manipular un interruptor. Quién sabe, dos opciones: on y off. Juego de niños.

El girasol o mirasol es una flor astronómica. Este sabueso fiel sigue a su dueño desde el alba hasta la noche. No le quita la mirada de encima, esa mirada cíclope que lo caracteriza. Hasta podría decirse que está en las buenas y en las malas.

Si bien fue invento de Dios, no he escuchado ninguna mención biblica de su existencia. ¿Acaso Dios se volvió en su contra! Acaso no pudo aceptar que su creación lo haya abandonado por un sentimiento panteista; que haya seguido al gran becerro de oro: al astro rey (no, no es Maradona). Desterrado del cariño divino, el girasol vive en un mundo que no es el suyo, al igual que tantos otros. No es de la tierra, sino del Sol. Es así que durante las mañanas se levanta a escuchar el pregón del Maestro de los mechones dorados.

¿Qué misión tendrán encomendada? ¿Protegernos de la guerra petrolífera?

Santo Bio Diesel,
ruega por ellos.

25 ene. 2007

¡Paf!

No creo que lo sea. No, imposible. Hasta camina como una mujer, duda, llora. Sonríe. Pero cuando por un momento la contemplo, no es fácil. Se me cae el cielo encima. Se quiebra la realidad. Súbitamente entro en una profunda somnolencia; todo queda fuera de foco. Su mirada me hipnotiza como la de una serpiente. Somos ella y yo. Sólo nosotros. Ya me envenenó, hace tiempo. Pero la herida, mientras se cura, crece. Entonces la pellizco haciéndome el distraído, como por error. Hasta parece humana, pero podría estar simulando.

¿Y si fuera un ángel? Caigo en la cuenta de que un día puede hacer ¡paf! y desaparecer... Pero todo a su debido tiempo.

La foto la pellizqué en google.

23 ene. 2007

Bostezos Diversos


Comía un alfajor mientras caminaba por Portezuelo (valga la multiplicación redundante). Di con el cocodrilo de Peter Pan. Como era una estrella del cine, le fui a pedir un autógrafo. Para mayor sorpresa, se secaba el rostro con un pañuelo.


Seguía digiriendo lo del Capitán Garfio.

-Qué te pasa, ¿Por qué llorás?
Giró la cabeza, parpadéo y dijo: -Fue un trago amargo. Entonces reptó hacia la orilla del mar para camuflar las lágrimas saladas (es que los cocodrilos son muy machos, por eso no hay cocodrilas).

-Yo entiendo que estés mal por haber matado a un ser humano –repliqué sin miras de acariciar las hileras óseas de su espalda-, pero todo se puede perdonar en la vida.
-No estoy triste. Imaginate que te comés un pollo con cuchillo incluido...
-Ajá-. Me limité a eso. Entregué un movimiento ascendente y descendente constante de la cabeza, en señal de aprobación. Conviene darle la razón a tremendo animalito.
-...Bueno, yo me comí un pollo que tenía un garfio. Además, nosotros, los cocodrilos, no masticamos: abrimos las fauces de par en par y tragamos de un saque. Voy a tener que ir al gastroenterólogo.
-Ahh, por eso hablabas de un trago amargo –insinué con tono ingenuo.
-¡Si boludo, acaso vos no bostezas cuando abrís esa bocota!

Seguí de largo, pateando el agua de la orilla, porque me aburren los mentirosos.

Me hacen bostezar.