
Hay tres palabras que abren muchas puertas. Tire y empuje son dos de ellas. He descubierto empíricamente que la otra es el abracadabrabretesésamo de las que prefieren siempre pan de salvado; de las que tanto me dan y tanto me han quitado. Las mujeres.
Comprobé algo que es digno de ser publicado en la revista Muy interesante. Saludar a una chica con una cortesía es sumamente favorable para el comienzo del día femenino. Aumenta su autoestima y disminuye el estrés y tabaquismo en un 12 %. Como su día forma parte de nuestro día, indirectamente los hombres nos vemos beneficiados de este descubrimiento.
Pasos a seguir: esbozar una sonrisa semicircular prominente; levantar las mejillas; entrecerrar los ojos como quien saluda a una lamparita de 200 watts; y el ingrediente secreto:
-¿Cómo te va, PRECIOSA?
En casos de alerte roja recurrir al
-¿Cómo te va, MI ANGEL?
Algo que cae de maduro, no lo intente con su novia enfrente. Tampoco es recomendable abusar indiscriminadamente del término preciosa porque puede volverse obsoleto. Siempre asegúrese de que ellas se sientan únicas e irrepetibles (aunque no valgan un mango).