
Según las encuestas se esperaba una concurrencia del orden del 55-60%. Al final votó apenas el 40% de los ciudadanos habilitados. Los analistas hallaron varias razones para explicar esta merma, pero yo le echo la culpa al clima. Y con razón, porque si al factor "domingo de descanso" le agregamos las variables "no obligatoriedad del voto" y "frío polar" el uruguayo es predecible: se pega como una lapa a la estufa, y andá a sacarlo de la madriguera.
Ante estos resultados algunos politólogos afirman que el final de octubre es impronosticable. Abren el paraguas antes de la lluvia.