Como un peón que da el primer movimiento. Así estaba yo. Sin saber la jugada de Susana. Solo y expectante. Fijé la mirada y tropecé con unos ojos agazapados y desnudos. Hice foco tratando de ver qué me quería decir. Se enjugó las lágrimas. Atrincherados detrás de unos lentes oscuros, se escondían un par de ojos sabios. Había muerto Marta, tan querida por Susana, papá y nosotros. Pero Susana, de sus más preciadas compañeras, estaba atornillada a un banco. Con una mirada sin fuerza, tan ajena a un grito lanzado, tan tranquila a la vez.
Por fin se apresuró a decirme algo que entendí como el efecto dilución de la muerte. Básico, cae uno y al toque caen los otros. De alguna forma esos ojos me decían que también ella se estaba apagando. A un año de la muerte de Beba, y a un día de la muerte de Marta. Todas se están diluyendo. Algo absorbe toda esa energía que las había mantenido unidas; y ese algo es razón suficiente para abandonar la vigilia. Susana, sin saberlo y dando el ejemplo, me enseñó de la muerte. A mirarla de frente. A no bajar la mirada, a pesar de todo.
A Marta y Beba, del linaje de las águilas. ¡Qué se las quiere!
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13 comentarios:
La vida no existe. Apenas el ser nace, incluso cuando está en el vientre de su madre, ya comienza a morir. La vida no existe. Cada segundo que pasa, es la muerte. Que evoluciona al mismo ritmo que lo que denominamos "vida". En serio, la vida no existe. Nunca existió. Siempre es la muerte, la que comienza con nosotros y nos derrumba al final. Sólo cuando fallecemos, la muerte no está más. Ahí comienza la vida, supongo.
Gracias Preso,supongo.
Supones bien. Ah, y, por supuesto, mis condolencias por Marta y Beba.
Nuevo Blog:
http://www.col-um-na.blogspot.com/
Salú!
Me sumo a las condolencias...
"No somos nadie"
Hey, gracias a todos, pero no estoy mal. Todo lo contrario. Me hizo pensar mucho todo esto. Por eso la trilogía.
es terrible, te pasó lo mismo que a susana giménez que la descontextualizaron para una tapa. mis condolencias, ahora toda la comunidad blogger cree en tu crisis.
Con la muerte aprendemos más sobre la vida de la persona.
No existe nada más educativo que el brillo abandonando los ojos de una persona querida, como aprendí recientemente.
El efecto es curioso y profundo; no debemos enterrarlo. No debemos ahogarlo.
Ojos ajenos que se cierran son la puerta para abrir los propios.
Fuerza, peregrino.
¿Anonetoy, el bloguero de huerta orgánica, sigue vivo?
Te enseña.
Lo que hay que entender que los tiempos no son lo mismos para todos.
Hola, hay alguien?
http://mipaisinventado.blogspot.com/2007/06/ocho-cosas.html
Josa, estas nominado
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