El mundo de la música es tan vasto que me basta. Si disfrutaré viendo a los efervescentes músicos que cambian de imagen como si fuera una cuerda de charango. Los mismos que predican la libertad con belleza acerada; y después, cuando se infla el colchón verde, no son consecuentes. Consecuencia: la libertad los encarcela. Decía aquel proverbio: “Si quieres saber cómo es alguien, dale poder”.
Me pica la curiosidad y recuerdo marcas asociadas a la libertad. Se me vienen dos a la cabeza: Harley Goliatson y Marlboro, con su bien ponderado Mundo Marlboro. Mundo de pocas palabras, sosegado, varonil. Pero después veo a los que lo fuman, como aquel médico. Como aquellos que tienen Parkinson, postura lánguida, ictericia en los dedos y que terminan, paradójicamente, perdiendo la libertad.
Será por eso que los que la encuentran prefieren dejarlo todo.
Y abandonarla a ella, la hermana más hermosa, con una elección.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Muy bueno eso de la Harley Goliatson.
Yo voy a morirme de cáncer de pupila. Ya lo canté. De algo hay que morirse, mi negro.
¡Qué bien escrito!
Ya he citado La Libertad, de Andrés, en otros casos. Me basta con tu "la hermana más hermosa". Y un brindis por el más grande.
Publicar un comentario